Compartimos el texto de esta semana!
La “Ventana” un curso
más en una escuela de oficios
Hace ya 8 años, un grupo de personas decidimos
parar la inercia institucional para pensar y fundamos un espacio de reunión
semanal que denominamos “La Ventana”.
Más que una decisión que supone el primado del ser sobre lo que sucede, fue un
encuentro con lo inesperado...
Algo que a simple vista parece una nimiedad
resulta, después de todos estos años, un
verdadero acontecimiento. La escuela (templo del saber) no suele pensar porque
justamente “sabe”, y el que sabe, ejecuta, solo el que no sabe piensa. Será por
eso que le cuesta tanto detenerse?.
Si solo el que no sabe piensa, si es tan
difícil arribar a las aguas de la ignorancia, es porque pensar en una sociedad
tan narcisista y tan moral, se hace derribando la vanidad, el “deber ser”, y su
traducción en roles y mandatos que son los peores detractores del pensamiento.
Esas voces que ya sea desde afuera (la autoridad) o desde adentro (nuestro ser
moral) nos dicen cómo tiene que ser las cosas bloqueando la posibilidad de
conocerlas de primera mano.
El CFP 24 es una escuela de oficios que trabaja
experimentando, modificando y transformando distintos materiales. Desde la
arcilla en sus cursos de alfarería y cerámica, pasando por el vidrio en
Vitro-fusión, la madera en carpintería, el hierro en soldadura y herrería, las
distintas tintas y telas en Serigrafía, los cabellos en peluquería, hasta las harinas
y masas en sus cursos de cocina. Nos proponemos entonces conocer las exigencias
de las distintas materias sobre las que se quiere operar. Lo que llamamos
comúnmente “la técnica”. Pero dominar la técnica no es lo mismo que dominar los
materiales. La técnica nos permite explorar, en el encuentro de esa materia con
nuestras capacidades, que potencialidades se nos abren.
Cada oficio se propone investigar cuales son
las resistencias, elasticidades, potencialidades y formas que pueden ir
adquiriendo los distintos elementos que se manipulan. Cada uno tan singular,
cada uno tan distinto y variado.
En este sentido, “La Ventana” es un curso más de oficios que investiga sobre esa
materia tan escurridiza y exótica como es la materia humana.
En una escuela en los que sus sentidos
constitutivos están deshechos (según las formas heredadas), nos juntamos a
pensar en esas plasticidades, despliegues, resistencias y potencialidades que
posee ese singular “material” y cuantas formas pueden ir adquiriendo en
contacto con los otros (la escuela no es después de todo, una sitio de reunión
de cuerpos y materiales?).
La pregunta que se nos abre en este momento es
si la escuela reúne porque sabe o porque ignora?. Habitando esta paradoja es
que nos vamos haciendo, entre los escombros de una escuela que ya dejó de ser
el “templo del saber” pero que no claudica en su intento de conocer experimentando.
El hombre es esencialmente fabricante, la
naturaleza al negarnos instrumentos completamente hechos, nos proveyó de
inteligencia, es decir del poder de inventar y de construir un número
indefinido de herramientas. En este sentido la fabricación humana no se ejerce
solamente sobre la materia, sino y principalmente sobre la inteligencia.
Tomando las ideas preexistentes como cualquier
otra herramienta suministrada por la comunidad, la inteligencia investiga y
elabora sobre las mismas, no solo para comprender (esto sería una función
meramente “técnica) sino y fundamentalmente, para crear abriéndose a la
dimensión artística y no solo reproductiva de la existencia.
Nos juntamos entonces, porque como reza una
máxima Spinoziana “no se sabe lo que
puede un cuerpo”, y porque (y cómo) no sabemos investigamos, y porque (y
cómo) no sabemos, exploramos e imaginamos juntos formas y derivas de un hacer
con-junto que se “amasa” en ese estar con otros día a día en la escuela, y en
particular cada jueves a la mañana, entre mates y cremonas encontrando y
encontrándonos.
Encontrándonos porque justamente estamos lo
suficientemente perdidos para poder darnos cita. Corridos ya de la posición del
saber (o mejor dicho del saber cómo posición), el encuentro lejos de cualquier imagen idílica, nos afecta
de manera ambivalentes.
Habiendo conquistado
ahora un espacio de igualdad (de las inteligencias), de relajación de las
funciones criticas del reconocimiento, nos topamos con algo que desestabiliza
nuestros automatismos y chocamos con una
disposición antes inexistente.
El encuentro
entonces sucede cuando algo en nuestra manera de sentir y percibir comienza a
virar involuntariamente. No es que no toleramos más lo que hasta hacia un rato
era digerible, es que se nos volvió repentinamente intolerable. Se relaja la
función de reconocimiento, para simpatizar más y más con el esfuerzo que
engendra las cosas, y así nos rozamos con esa facultad de comprender
reinventando.
Cada situación vivida puede ser así
reconfigurada bajo otro régimen de percepción. Sentir de otro modo, ver de otro
modo, pensar de otro modo. Entonces también nos encontramos pensando con otros
eso que nos sacudió, y nos encontramos viendo lo que no veíamos y probando
nuevas configuraciones, amasando la inteligencia en su costado más creativo.
Lo real, ese exceso incomprendido
que previamente nos distanciaba de la experimentación, se vuelve fuente de
nutrición de campos de posibilidad que sólo el “nosotros” puede imaginar a la
vez que procura los recursos para activar devenires que jamás sabremos de
antemano a dónde nos llevará, pero que podemos ir experimentando,
transformándonos en artesanos de nuestras vidas.
Si estas lo suficientemente
perdido para buscarte, para encontrar-te-nos, te esperamos!!!!
Jueves 10 Hs. en el CFP 24…
La Ventana
Les regalamos desde Cosquín, festejando los encuentros http://www.youtube.com/watch?v=zA3jXjnqKWo
ResponderEliminargracias compañeros!!!!
ResponderEliminarESTE TAMBIÉN SALIÓ MUY BUENO, GENTE.
ResponderEliminarY EN LO PERSONAL, ME GUSTÓ MÁS LA MÚSICA.